Tarde o temprano, muchas familias querrán tener una mascota, a menudo, el nuevo miembro de la familia será un perro.
Los niños y los perros se presentan en diferentes combinaciones, desde bebés, hasta adolescentes y perros. También puede ser al revés, que el perro está delante del niño.
Otro aspecto es qué amigo de cuatro patas se une a la familia. Si pensamos y nos centramos en lo importante, cuando un niño crece con un perro, es enriquecedor para toda la familia.
Los padres tienen una responsabilidad
A menudo, el deseo de tener un peludito viene de los niños, tal vez sea porque un amigo o vecino tiene un perro, o han visto algo en la televisión sobre perros, o porque los amigos de cuatro patas son un tema de conversación en el colegio.
Como todos los animales de compañía, los perros necesitan cuidados y atención regulares, pero hay algo más para los perros, viven en un hogar y están a tu lado en su vida diaria dando amor y compañía.
Como ve a las personas como verdaderos compañeros y quiere que se le considere un “líder de equipo” de confianza, necesita un entrenamiento cuidadoso que vaya más allá de correr o jugar con ellas.
Los padres, como adultos, son siempre responsables de ello y los niños pueden sentirse a menudo abrumados, por eso es importante asumir que no solo los niños, sino sobre todo los padres, deben querer a un perro.
Responsabilidades
Dependiendo de la edad de los niños, algunos de ellos pueden encargarse de una u otra tarea, aunque la crianza del perrete depende del padre.
Por razones de seguridad, los paseos son principalmente responsabilidad de los adultos o de los jóvenes mayores, los niños más pequeños pueden acompañar a sus padres durante un tiempo.
La edad del niño
¿Cuándo es el momento adecuado para un perro? Esto es más fácil cuando los niños ya entienden lo que les estamos explicando.
En este punto, puede ser más fácil pasar tiempo con un perro que con un niño cuyo cachorro está a punto de gatear, por ejemplo, pero también hay diferentes niveles de estrés para una persona, mientras que la otra puede sentirse abrumada con un cachorro solo.
Todo el que es padre, sabe que cuidar a un niño aunque es una tarea altamente gratificante, puede ser bastante estresante según que situaciones. Con un perro (salvando las distancias) el proceso es similar.
La edad del perro
Cuando un amigo de cuatro patas que ya no es un “cachorro” llega a la familia, ya ha tenido una vida anterior.
No siempre es posible saber cómo se comportará en las diferentes situaciones que puedan surgir en relación con los niños. Aunque el perro esté acostumbrado a los niños, en un nuevo hogar los niños no serán “suyos” al principio, sino extraños.
Los perros adultos de orígenes desconocidos no deben ser colocados en un hogar con niños pequeños sin supervisión.
Puede que el cachorro haga más trabajo al principio, pero sigue siendo una hoja en blanco y es un “niño” por derecho propio.
De este modo, puedes dejar que interactúe exclusivamente con todo lo que pertenece a su propio entorno.
Si el perro llegó antes
Si tu perrete estaba allí antes de la llegada del bebé, su vida cambiará drásticamente con la llegada de este. Sobre todo si es tu primer hijo y ha sido el centro de atención.
Ayuda que los futuros padres piensen en lo que va a pasar con el bebé meses antes del nacimiento, por ejemplo, ¿El perro debe sentarse en el sofá mientras el bebé es amamantado? ¿Tiene un lugar tranquilo al que retirarse? ¿Está acostumbrado a que no todo gire a su alrededor?
Todas las cosas que deben o van a cambiar automáticamente con la llegada de un bebé es mejor introducirlas y practicarlas mucho antes del parto, esto evitará mucho estrés para todos, por otra parte, el perro no asociará los cambios con la llegada del bebé.
Un perro “apto para bebés”
Aunque puede asociarse a determinadas razas, no hay ningún perro que sea automáticamente “apto para los niños” o no apto para una familia.
No existe una predisposición genética, los hay más tranquilos, nerviosos, tímidos, temerosos, y muchos más.
Si una familia con niños decide adquirir un perro, debe elegir con cuidado y prestar atención a ciertos aspectos. Un perro relajado, tranquilo y abierto es más adecuado que uno de temperamento fuerte o incluso inseguro.
Estas características suelen observarse ya en los cachorros, no obstante, hay que cuidarlos y que el cachorro sea consciente de su entorno e interactúe con personas.
También es importante informarse sobre la raza que le interesa. ¿Para qué se crio y creció? ¿Cuáles son las características típicas de un representante de esta raza?
La seguridad es lo primero
Aunque este amigo ha sido domesticado e integrado en la familia, no hay que olvidar que se trata de un perro. Por muy paciente que sea, los niños no tienen que abrazarlo y pasearlo sin parar.
Debes de prestar atención a las señales de estrés y conflicto, por ejemplo, si el perro sube el labio y empieza a enseñar la dentadura, gruñe y aparta cabeza, el paso siguiente es un ladrido o un mordisco. Este es el último momento para separar al niño del perro.
Hay muchos vídeos en Internet de niños tumbados sobre perros, gateando, etc. Todo esto es bastante irresponsable y peligroso.
Por norma general, no vas a tener problema con un perro, aunque si es el primero para ti, piénsatelo muy bien y pon en una balanza los (muchísimos) pros y contras de tener una mascota en casa.
Aunque es muy gratificante tener un perro, es una responsabilidad muy grande y es preferible no tener mascota, a tener una como capricho y al par de meses abandonarla.
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